Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros. Nos vemos atribulados en todo , pero no abatidos, perplejos pero no desesperados,perseguidos, pero no abandonados , derridados, pero no destruidos. Donde quiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesus, para que tambien su vida se manifieste en nuestro cuerpo. 2 corintios 4:7-10
jueves, 24 de junio de 2010
Reflexion del sacrificio de Nuestro Señor Jesus por nosotros
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